Eliza Gilbert, una irlandesa que creció en la India, inventó una identidad con la que recorrió el mundo en pleno siglo XIX para "triunfar y conseguir dinero".
por Marina Guillén
La autora española Cristina Morató aseguró en una entrevista con EFE en Buenos Aires que Lola Montes, el personaje principal de su séptimo libro titulado “Divina Lola” (2017), “sería en su época como una actual Madonna o Lady Gaga”.
“Lola Montes sería en su época como una actual Madonna o Lady Gaga, una de estas divas y estrellas, mujeres que les gustaba provocar, inspiradoras para otras mujeres y desde luego muy rompedoras”, manifestó la escritora sobre este curioso personaje que resultó ser una falsa española.
Se trata de Eliza Gilbert, una irlandesa que creció en la India e inventó la identidad de una bailarina española llamada Lola Montes, con la que recorrió diferentes continentes en pleno siglo XIX para “triunfar y conseguir dinero”, como indicó la también periodista Cristina Morató (Barcelona, 1961).
“Como Eliza Gilbert no hubiera tenido nada, era una divorciada sin dinero. Sin embargo como Lola Montes lo tuvo todo, tenía reyes y emperadores a sus pies, actuó en los mejores escenarios del mundo, fue amante del rey Luis I de Baviera durante dos años, viajó por América y llegó a Australia”, explicó.
Reconocida bailarina y con un pasado entremezclado con los burdeles, Montes no fue, según Morató, “solo una cortesana al uso”, sino una empresaria, conferenciante, literata, actriz y experta en el manejo del cuarto poder, la prensa de la época.
“Si estamos hablando de ella es porque sale en los libros de historia”, reivindicó la escritora, y añadió que “se conocía mucho de ella porque la prensa americana había seguido todos sus pasos. Esta señora, día sí, día no, era portada de los periódicos en Europa. Había dos mujeres: la reina Victoria y Lola Montes”.
El libro “Divina Lola” es la primera biografía escrita en España de la bailarina que se introdujo en los círculos literarios del París del siglo XIX después de triunfar en Londres con sus boleros y “baile español”, como se conocía en el momento al estilo de danza flamenca española.
Con un temperamento fuerte y “de mundo”, llenó las portadas de los periódicos ingleses, franceses y alemanes, mucho antes de convertirse en la amante del rey Luis I de Baviera, quien le construyó su propia mansión al lado de su palacio y por la que terminó abdicando en favor de su hijo Maximiliano II.
“Lola no era una mujer para tener un papel secundario y ser una amante dócil, el rey se enamora de ella a primera vista, la colma de regalos, le otorga el título de condesa”, contó Morató, quien agregó que a pesar de esto “no se conforma porque se aburre, entonces llega un momento que ella con sus ideas liberales empieza a inmiscuirse en los asuntos de gobierno”.
El rumor de que existía una “reina a la sombra de Baviera” corrió como la pólvora por Europa, hasta tal punto que el rey no vio otra alternativa que dejar el trono, y la bailarina saltó el charco hasta llegar a Nueva York -donde triunfa en Broadway- y a California, un Salvaje Oeste sumergido en la fiebre del oro.
“Divina Lola es también un libro de viajes, porque está siempre viajando con ella en barcos de vapor, a lomos de mula, de caballo, en diligencia por el Lejano Oeste, en elefante en la India. Ya solo por eso su nombre merece ser recuperado”, expresó.
Morató reconoció que encontró un “nicho” al ahondar en la vida de las mujeres de las que escribe. Prueba de ello son sus títulos anteriores, desde “Viajeras intrépidas y aventureras” (2001) o “Las Reinas de África” (2003), hasta “Divas rebeldes” (2010), donde cambió de rubro hacia nombres como Audrey Hepburn o Eva Perón.
“Ha sido mi libro más complejo, porque tiene muchísima documentación y aunque se lee como una novela, hay toda una base también histórica muy intensa”, remarcó Morató.
Una “aventura” en la que se implicó durante dos años y medio en los que visitó las principales ciudades en las que vivió su protagonista, como Sacramento o San Francisco en California, Munich, París o Londres.
Recién llegada de México, Morató recordó en Buenos Aires sus días como reportera freelance en Argentina 30 años atrás, sin embargo, esta es la primera vez que la escritora visita el país austral para la promoción de una de sus obras.
Su destino anterior iba a ser además un lugar de descanso para ella, luego de promocionar su obra en la capital del país, donde días después de su marcha, el 19 de este mes, un terremoto de magnitud 7,1 terminó con la vida de 355 personas en esa ciudad.
Aunque ella lo vivió en la Riviera Maya, se mantuvo en comunicación constante con la Ciudad de México, donde el sismo derribó 40 edificios, para asegurarse de que todos sus amigos estaban bien.
EFE.